CIUDAD

Con misa campal, orenses solicitan protección a la Virgen de la Merced


En el parque Juan Montalvo se efectuó la misa campal en homenaje a la Virgen de la Merced, presidida por monseñor Vicente Saeteros. La eucaristía fue el último acto de las fiestas patronales de Machala. Luego del acto religioso, la orquesta sinfónica juvenil de la prefectura ofreció un espectáculo musical.

María José Alba Lozano

En un acto cargado de fe y simbolismo religioso, más de mil fieles se congregaron la noche de ayer en el parque Juan Montalvo, frente a la Iglesia Catedral de Machala, para participar en la misa campal en honor a la Virgen de La Merced, patrona de la ciudad. El evento, organizado por la Prefectura de El Oro, marcó el cierre de las festividades patronales con una ceremonia solemne presidida por el Monseñor Vicente Saeteros.

Una tarima instalada a los pies del templo permitió que el obispo dirigiera la celebración eucarística al aire libre, en un ambiente de recogimiento, fervor mariano y sentido de comunidad. Desde el inicio, el Monseñor Saeteros marcó el tono de la jornada con un mensaje que trascendió el ámbito religioso para convertirse en un llamado urgente a la unión, la fe activa y la esperanza frente a los desafíos que vive la sociedad actual.

EL CORAZÓN DEL SERMÓN: SOMOS HIJOS DE DIOS, NO SIERVOS

Durante su homilía, el Monseñor destacó que el mensaje de la carta a los Gálatas leída durante la misa fue el hilo conductor de su reflexión. “Ya no somos siervos, somos hijos e hijas de Dios en Cristo Jesús”, afirmó, recordando que este reconocimiento espiritual implica una responsabilidad de vivir como hermanos, como miembros de una gran familia unida por la fe.

“El Señor toma la iniciativa. Él siempre va delante de nosotros. Camina con nosotros y guía nuestro destino. Esa es nuestra esperanza”, expresó el obispo, recordando las palabras del apóstol San Pablo al referirse a la plenitud de los tiempos, cuando Dios envió a su hijo, nacido de una mujer, en clara referencia a la Virgen María.

LA VIRGEN MARÍA: MADRE, MAESTRA, MODELO Y MEDIADORA

La figura de la Virgen de La Merced fue exaltada como pieza central del plan de salvación. Saeteros subrayó que Dios no eligió al azar a María, sino que la preparó como colaboradora directa en su obra redentora. “La Virgen no es una figura decorativa de la fe: es madre, es intercesora, es maestra y también es discípula, la primera discípula del Señor”, declaró con énfasis.

Según el obispo, María representa para los cristianos no solo un consuelo maternal, sino un modelo a seguir: “Ella nos enseña cómo ponernos delante de Dios, cómo confiar, cómo servir. Así como ella dijo ‘hágase en mí según tu palabra’, también nosotros estamos llamados a colaborar con Dios en la construcción de su Reino: un reino de justicia, de paz, de fraternidad y de solidaridad”.

LA PASIÓN DE CRISTO CONTINÚA EN EL SUFRIMIENTO DEL PUEBLO

Uno de los momentos más emotivos del sermón fue cuando el Monseñor recordó el pasaje evangélico en el que, al pie de la cruz, Jesús entrega a María al discípulo Juan como madre. “Jesús no podía dejarnos solos. En su agonía, nos regaló a su madre. Desde ese momento, ella es madre de todos los cristianos”.

Saeteros fue más allá, señalando que la pasión de Jesús no ha terminado: “Continúa en cada hombre y mujer que sufre, en cada migrante, en cada familia que llora, en cada clamor por justicia.” Y añadió con profunda fe: “Así como María no abandonó a su hijo en la cruz, tampoco nos abandona a nosotros. Ella camina con su pueblo en los momentos más difíciles”.

UNA MISA QUE UNIÓ AL PUEBLO EN ORACIÓN

Tras el potente mensaje espiritual, Monseñor Vicente Saeteros invitó a los presentes a proclamar el Credo con fuerza y convicción. La misa continuó con los ritos propios de la liturgia católica, envueltos en un ambiente de respeto y devoción.

Antes de la bendición final, el prefecto de El Oro, Clemente Bravo, se dirigió al público para agradecer a Dios, al obispo y a los asistentes. “Hoy celebramos el cierre de nuestras fiestas patronales con fe y unidad. Machala es tierra de esperanza, de amor, y de una profunda devoción a la Virgen de La Merced. Gracias por estar aquí, por mostrar que esta ciudad cree en Dios y cree en su gente”.

Bravo también recordó que estas fiestas no son solo tradición, sino una manifestación viva de la identidad cultural de los machaleños. “La vida es tan corta y la muerte tan eterna, que no hay tiempo para portarse mal. La mejor forma de encontrarle sentido a la vida es amando a Dios y al prójimo”.

Criterios

Gabriela Ortega: “Le pido a la Virgen seguridad, más que todo, y que todo vuelva a ser como antes.Poder salir tranquilos, que los niños no tengan miedo. Queremos vivir en paz, como antes se podía”.

Eva Figueroa: “La Virgen intercede por nosotros, nos cuida y nos protege. Yo le pido salud y protección para mi familia, especialmente para mi hija. Es importante que ella aprenda lo que es la fe católica.”

Félix Peña: “La Virgen es la madre de Dios, la que nos envió a Jesucristo. Le pediría salud y seguridad para nuestro cantón Machala. Vivimos tiempos difíciles y necesitamos su protección”.