Mantener el paro indígena en el Ecuador no tiene sentido. A todos perjudica.

Mantener el paro indígena en el Ecuador no tiene sentido. A todos perjudica. Los manifestantes viven del agro y ya no pueden seguir con sus tierras desatendidas. El bloqueo de vías genera millonarias pérdidas a transportistas, floricultores, ganaderos, textileros, entre otros sectores productivos. La dirigencia indígena es la única que se resiste a admitir que su manifestación fracasó.
Quienes están al frente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador deben reflexionar en torno a las causas que derivaron en su fracaso. Si el país está tan mal como dice el sector indígena, ¿por qué no se sumaron a su protesta otros sectores de la sociedad? La conclusión es fácil: un paro no soluciona ninguna de las problemáticas que aquejan al Ecuador y más bien empeora todo.
Esas prácticas arcaicas solo deja en evidencia que la dirigencia de la Conaie está estancada en el tiempo, sin innovar y, sobre todo, sin presentar ni una sola propuesta viable que sustituya las adoptadas por el jefe de Estado y su entorno.
El país no goza de buena salud económica. Eso es evidente. Pero un paro no soluciona ese problema, más bien lo agrava. No tenemos adecuadas condiciones de seguridad ciudadana. Un paro no mitiga esa falencia. Queremos mejor sistema de salud, de educación e infraestructura. El gobierno propone un modelo de gestión para lograr esos objetivos. El sector indígena solo atina a decir que no: No a la minería legal, la que paga impuestos y tecnifica sus procesos; No a la inyección de capital privado para atender la obra pública que el gobierno no la puede satisfacer por falta de liquidez. Entonces, de dónde proponen lograr recursos para financiar la puesta en marcha del Estado.
El presidente Noboa tiene claro que el país está quebrado y necesita solventar lo que antes se farrearon. Subió el IVA, redujo la carga burocrática con la optimización del Estado, da espacio a la inversión privada en sectores estratégicos y redirecciona los subsidios con estímulos para los sectores sociales. Si no quieren nada de eso, propongan otras alternativas o preséntense en las urnas y ganen las elecciones. Leonidas Iza por lo menos tuvo la decencia de ni asomar en esta protesta luego de su fracaso en las elecciones.
