OPINIóN

Editorial: Decisiones improvisadas


La pandemia del coronavirus ha puesto a prueba la capacidad de gestión, liderazgo y visión de los gobernantes de Latinoamérica para solucionar todos los problemas derivados de la crisis sanitaria: atención en salud, dotación de medicamentos, provisión de servicios básicos, abastecimiento de productos de primera necesidad, conservación del empleo, garantía de derechos y educación. El Ecuador reprobó todas.

La pandemia del coronavirus ha puesto a prueba la capacidad de gestión, liderazgo y visión de los gobernantes de Latinoamérica para solucionar todos los problemas derivados de la crisis sanitaria: atención en salud, dotación de medicamentos, provisión de servicios básicos, abastecimiento de productos de primera necesidad, conservación del empleo, garantía de derechos y educación. El Ecuador reprobó todas.

Lamentablemente, nuestro país no tuvo una adecuada respuesta en su sistema de salud pública ante la emergencia sanitaria. Por ello, en medio de la pandemia, no solo murieron por coronavirus, sino de cáncer, insuficiencia renal, diabetes, etc. Todo por no recibir una atención oportuna. La medicina tampoco llegó a tiempo. Es más, ni siquiera los insumos necesarios para el personal médico, que recién luego de un mes de emergencia empezaron a recibir lo idóneo. Y encima, la ola de corrupción en los procesos de adquisición en los hospitales.

En los servicios básicos, hay que recordar que el Gobierno decide imponer que no se suspendan estos servicios pese a la deuda de los ecuatorianos, luego de que similar medida la adoptó el populista presidente de El Salvador, Nayib Bukele, cuyos discursos se hicieron virales en nuestro país. Pero, de forma paralela, los ecuatorianos sufrieron los cobros excesivos, sobre todo, en materia de energía eléctrica.

Sobre los productos de primera necesidad, siendo el Ecuador un país agrícola, los sectores más pobres de este país sufrieron el desabastecimiento en sus hogares por falta de recursos. El Gobierno, cuando quiso atenderlos, también aplicó el sobreprecio en las adquisiciones.

Sobre el empleo, pues parece que Lenín Moreno, en lugar de cumplir el millón de empleos que ofreció en cuatro años, va a conseguir completar el millón de desempleos solo en la pandemia.

Y así podemos contar también las empresas quebradas, micro, pequeñas y medianas empresas que se vieron obligadas a cerrar. Y encima, también se vieron vulnerados algunos derechos de los ciudadanos, sobre todo, el derecho a la educación, ante el evidente fracaso de la educación virtual. Lamentablemente, nuestro país se quedó de año directo, sobre todo, porque las decisiones fueron acompañadas por una voraz hambre de dinero público.