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Los pasos para el ritual de la Chacana


Las mamas y los taitas cogieron los granos y empezaron a trazar las línea para hacer la Chacana o cruz andina. Primero colocaron los granos blancos, que representan al aire, luego los granos rojos que simbolizan al fuego y, por último, los amarillos que son la tierra y los negros el agua.

Las mamas y los taitas cogieron los granos y empezaron a trazar las línea para hacer la Chacana o cruz andina. Primero colocaron los granos blancos, que representan al aire, luego los granos rojos que simbolizan al fuego y, por último, los amarillos que son la tierra y los negros el agua.

Los diferentes colores son para representar los cuatro elementos de la naturaleza. Una vez que lograron hacer la cruz, una perfecta figura de cuatro puntas, empezaron a decorar el interior. En la punta Norte pusieron tazas llenas de agua y jarras con agua de rosas porque es la puerta del agua misma.

“El agua simboliza la fertilidad, la vida”, comenta Roberto Ochoa, conocido como “Taita Roki”. Al sur está la puerta del aire, allí colocaron los tabacos porque mientras los fuman y sueltan el aire, se conectan con sus ancestros.

Además, estaba un bastón con el águila y el halcón que representa a los pueblos del norte y los del sur, respectivamente. También colocaron un cuarzo transparente en forma de corazón que se consigue solo en Perú, un cuarzo azul y un colibrí.

La puerta Este le corresponde al sol, al fuego. Unos inciensos encendidos fueron colocados en ese sector mientras que en la puerta oeste colocaron frutas y hortalizas para representar a la tierras o a la Pachamama y los frutos que brinda.

Una vez que la Chacana estaba lista, empezó el ritual que fue liderado por Taita Roki, quien se paró frente a la puerta del sur. El aire es proveedor por lo que representa la masculinidad, así que decidió estar en ese lugar.

El ritual

Encendió un puro y empezó a exhalar. Cuando el humo brotaba de su boca, lo soplaba hacia el cielo, a su derecha, a su izquierda y hacia el suelo. El taita empezó a agradecer por la vida, por cada uno de los presentes en el ritual y pidió un mundo libre de discriminación racial, se agachó separó los granos que delineaban la cruz y ese espacio simboliza la puerta abierta.

Luego le pasó el tabaco a su compañero, era Mario Cevallos, conocido como “Taita Gonzalo”, quien inhaló y empezó a exhalar el humo, rociándolo hacia los presentes. Al fondo sonaban los rondadores, los tambores y las voz de Taita Roki quien entonaba un “la, la, lai”.

En menos de un minuto, todos quedaron en silencio y Taita Gonzalo agradeció por el fuego que sirve para calentar, cocinar y que, además, es otro de los elementos masculinos dentro de la cruz del sur, abrió la puerta y pasó el tabaco a mama Clara Sisalima, en la puerta oeste.

A ella le tocó agradecer a la tierra, este elemento representa la feminidad, la Pachamama. “Gracias a la Pachamamita por todos sus frutos, gracias porque nos da los alimentos”, antes de hacer las peticiones también fumó el puro; al terminar abrió la puerta.

Al concluir, le entregó el tabaco a su compañera, mama Marta León, quien estaba frente a la puerta Sur y tenía la responsabilidad de agradecer por el agua, que es otro de los elementos femeninos porque “el agua es vida y representa al vientre de las mujeres”, recordó la mama.

Para concluir el ritual el Yachak, Fidel Andi, de la Amazonía, habló en quichua y en su lengua nativa también agradeció a los presentes y bendijo la vida de cada uno. Mientras que el ritual se desarrollaba, turistas los retrataban y observaban. (Tomado de diario El Tiempo)