OPINIóN

Editorial: Sabotaje


El presidente Daniel Noboa acusó de sabotaje a la exministra de Energía Andrea Arrobo, una exfuncionaria del régimen de Rafael Correa.

El presidente Daniel Noboa acusó de sabotaje a la exministra de Energía Andrea Arrobo, una exfuncionaria del régimen de Rafael Correa, incrustada en un ministerio que históricamente ha sido cuestionado por ineficiente, debido a los altos índices de corrupción detectados allí. Pero en efecto, nada es casual, en especial, al saber que estamos a las puertas de una consulta popular que plantea una pregunta letal para los intereses de los mafiosos: la extradición de los narcotraficantes.

Por eso, el sabotaje, en realidad, es a la consulta popular. La venganza contra este gobierno se da luego de la captura de Jorge Glas, un pez gordo de la narcopolítica ecuatoriana. Estos apagones surgen en medio del juicio a Carlos Pólit, en Miami, por el caso Odebrecht, en donde se visibiliza la trama de corrupción, con los montos entregados al exsegundo mandatario, entre otros salpicados. Pues bien, ahora el presidente Daniel Noboa, en medio de la crisis, intenta dar soluciones inmediatas, que no serán tan rápidas, pues tardarán no menos de un mes en cristalizarse. La más rápida apunta a la adquisición de energía en barcazas, para satisfacer el déficit existente, pero esta compra debe llegar acompañada de soluciones definitivas, que implican la reparación de las hidroeléctricas y termoeléctricas para que estén 100 % operativas.

El presidente Noboa cometió un grosero error al permitir cogobernar a quienes hoy son sus traidores. El precio de ese error puede costarle su consulta y si la pierde, entonces, su reelección también se verá en riesgo y habrá dado espacio a que resurjan de sus madrigueras, quienes han saqueado a este país y lo tienen en las deplorables condiciones en las que se encuentra, porque se llevaron todo el dinero que había tanto dentro como afuera, con obras con sobre precio, en el mejor de los casos, y otras que no llegaron ni a convertirse en obras, como la refinería del Pacífico.

Por lo menos, atinó el jefe de Estado a tomar las primeras decisiones, pero la separación de la ministra Arrobo debe llegar acompañada de un remezón en los mandos medios, que son quienes traban y boicotean esta sensible cartera de Estado. A ellos también hay que despedir.